Pensamos que lo sabemos todo, pero no es así. Lejos quedan
los años de instituto en los que los maestros tachaban en rojo nuestros
errores, pero forman parte de nuestra vida diaria medios de comunicación,
televisiones, periódicos y otras fuentes de información (internet, mensajería
instantánea) donde las patadas a las reglas gramaticales se suceden sin parar.
Por gramática solemos entender al conjunto de reglas y
principios que gobiernan el uso de las lenguas y la utilización de palabras
dentro de la oración. La gramática prescriptiva tiene como objetivo
desaconsejar el uso de determinadas construcciones no estandarizadas y, aunque
su importancia haya disminuido dentro de la lingüística, no es tan extraño que
sigamos cometiendo equivocaciones que, especialmente en el lenguaje escrito,
pueden dañar nuestra imagen.
El pasado año, el Instituto Cervantes publicó Las 500 dudas
más frecuentes del español (Espasa), en el que sus autores, Florentino Paredes
García, Salvador Álvaro García y Luna Paredes Zurdo resolvían algunas de las
dudas más frecuentes que suelen surgir en la utilización de nuestra lengua, a
partir de las recomendaciones de las diferentes academias.
¿Cómo se escribe el plural de las siglas, como “CD” o “BOE”?
Las siglas, creadas mediantes la adición de las iniciales de
varias palabras, no añaden un “’s” ni una “s”, ni siquiera en el caso de que
provengan del inglés. El plural se mantiene invariable en la lengua escrita,
por lo que se debe escribir “CD” o “BOE”. Sin embargo, si las siglas se
convierten en nombres comunes (como es el caso de “ovni”), es correcta la
variación en plural, y la palabra ha de escribirse en letras minúsculas.
¿“Mis amigos y yo” o “yo y mis amigos”?
“El burro delante para que no se espante” era la fórmula
utilizada por los docentes para recordarnos que no debemos anteponer el
pronombre de primera persona en una enumeración. Se trata de una cuestión más
de cortesía que propiamente gramatical. Así pues, demos preferencia a nuestros
amigos si no queremos parecer poco elegantes.
“Es por eso que no he podido venir antes”
¿Suena mal, verdad? Pues se trata de una construcción
absolutamente correcta: es el “que galicado”, una fórmula tradicionalmente
rechazada, pero cuya extensión geográfica y social en América ha provocado su
aceptación. Se trata de una oración copulativa estructurada en dos partes: el
elemento focalizado y una subordinada que, no obstante, puede ser sustituida por
“por lo que”.
“¿Qué cuesta eso?” o “¿cuánto cuesta eso?”
A pesar de que la utilización del “¿qué cuesta?” (o “vale” o
“pesa”, es decir, verbos que expresan magnitudes) esté más o menos extendida en
un registro coloquial, es preferible utilizar “cuánto”. Sin embargo, cuando a
dicho interrogativo le sigue un sustantivo, como es el caso de “¿qué distancia
hay…?”, se considera válido. Las construcciones de preposición e interrogativo
que aparecen en oraciones como “¿qué vas, a tu casa?” son coloquiales, propias
de la lengua hablada, y por lo tanto no deben reproducirse por escrito.
“En cuyo caso”: ¿correcto o incorrecto?
La búsqueda de “en cuyo caso” en la red devuelve casi 60
millones de resultados, todos ellos incorrectos: el volumen recuerda que “cuyo”
es un determinante que se caracteriza por aportar un significado posesivo, un
matiz que no tiene lugar en dicha construcción. Es preferible utilizar
alternativas como “en tal caso” o “en ese caso”.
¿“Delante de mí” o “delante mío”?
Una de las dudas más frecuentes, ya que ambas estructuras
parecen semejantes. Sin embargo, “delante” es un adverbio, una clase de palabra
que no puede combinarse con determinantes, por lo que la fórmula “delante mío”
es incorrecta. Sin embargo, “alrededor nuestro” sí está permitido, puesto que
la palabra “alrededor” puede ser tanto un adverbio como un sustantivo.
“Mi Pepe también cocina bastante bien”
Sabemos a la perfección que fórmulas como “la María” o “el
Juan” resultan vulgares, pero dudamos cuando se trata de un posesivo. Es
también incorrecto, un rasgo propio de la lengua popular. Tan sólo se admite la
anteposición de un indeterminado cuando se pretende realzar una cualidad
representativa, como en “una obra maestra escrita con el ingenio de un Miguel
de Cervantes”.
¿“Veintipico” o “Veinte y pico”?
Un caso bastante peculiar. Si bien en el caso del numeral
veinte se admiten ambas variantes, a partir de los treinta, se recomienda la
forma escrita en varias palabras, es decir, “treinta y pico”. Un consejo: nunca
digas “veinte y pico” en Chile, puesto que allí, “pico” alude al órgano sexual
masculino.
¿“Zapatillas de lo más bonito” o “zapatillas de lo más
bonitas”?
La lógica podría inclinarnos hacia la segunda opción, puesto
que en ella el adjetivo “bonitas” concuerda en género y número con el sustantivo
“zapatillas”, pero la Nueva Gramática de la Lengua Española considera que la
variante no concordada (“de lo más bonito”) es más formal. Como explica el
manual, también existe un matiz de significado: la variante concordada se
aplica únicamente a las zapatillas, mientras que en el caso de la no concordada
el adjetivo se utiliza en grado máximo.
“A día de hoy”: ¿correcto o incorrecto?
El volumen del Instituto Cervantes acusa directamente a los
lenguajes periodístico, político y administrativo de extender este uso
importado del francés. ¿Para qué calcar “aujourd‘hui” si podemos utilizar
fórmulas como “hoy por hoy”, “hoy en día”, “en la actualidad” o, simplemente,
“hoy”?
¿“Cuando menos” o “cuanto menos”?
Dos construcciones que conducen a la confusión incluso a las
personas más cultas. “Cuando menos” significa “como mínimo”, mientras que
“cuanto menos” puede ser una locución conjuntiva que signifique “con mayor
motivo” o una locución determinativa que equivalga a “si menos”. En resumidas
cuentas: es incorrecto decir “su respuesta fue, cuanto menos, inapropiada”,
mientras que es válida la fórmula “cuanto más duermo, más sueño tengo”.
Fuente: El Confidencial